Recientemente hemos podido saber que los aerosoles son una de las formas de contagio más importantes de la COVID-19. Por eso, cobra especial relevancia que todas las empresas presten atención a los sistemas de ventilación del entorno laboral.
Antes de nada, vamos a explicar bien lo que son los aerosoles. El ser humano crea aerosoles constantemente, cuando respiramos, hablamos, tosemos… Los aerosoles no son otra cosa que partículas que se pueden mantener en el aire durante un cierto tiempo. Es por este motivo por el que los expertos recomiendan evitar los espacios cerrados con mucha gente. Hay que tener en mente que lo mejor es estar a una distancia de 2 metros de cada persona, con la mascarilla bien colocada y extremar la higiene.
Desde el punto de vista médico, lo más recomendable es reducir la concentración de aerosoles, así como el tiempo de posible exposición a estos.
Ventilación y la COVID-19
La ventilación cobra tanta relevancia porque la eliminación de estas partículas suspendidas en el aire se produce principalmente por los sistemas de ventilación de los espacios interiores. Sus funciones, por tanto, serían la renovación del aire que respiramos, el filtrado de las partículas y el acondicionamiento del propio aire.
Esto se puede llevar a cabo de dos formas. Bien por un sistema centralizado por conductos que introducen el aire o bien mediante el intercambio directo con el exterior, a través de puertas, pasillos, ventanas, aberturas, etc.
Ventilación eficaz
Acrecentar el aire exterior (y limpio)
Siempre que sea posible, se recomienda introducir el máximo aire del exterior posible. Una buena manera de llevarlo a cabo es dejando las puertas y ventanas abiertas.
Riesgo alto de contagio por medidas de concentración de CO2
Si se mide un valor bajo de CO2 de forma continuada (< 800 ppm) nos indicará que la ventilación es correcta. Una pobre ventilación implica elevar el valor de la concentración de CO2. Por eso resulta tan importante medir con regularidad la concentración de CO2
Filtros y purificadores
Utilización de filtros y purificadores en espacios como aulas, salas de reuniones, bares y restaurantes o superficies comerciales. Los sistemas purificadores de aire, basados en filtros que retienen las partículas, son complementarios y útiles. Hay que tener en cuenta en todo momento que la limpieza, mantenimiento y recambio de los filtros es fundamental para el buen funcionamiento del sistema.