Las emociones negativas, como pueden ser rabia, inquietud, tristeza, frustración o miedo, están presentes en muchos momentos de nuestra vida. Sin embargo, hay que intentar tratarlas lo antes posible para prevenir futuros problemas.
Si bien es cierto que son de lo más normales y que actúan como resorte para alejarnos de peligros externos, nunca está de más mantenerse alerta y evitar que nos invadan y acaben provocando efectos negativos sobre nuestra salud. Según los estudios, su acumulación en exceso, puede debilitar nuestra respuesta inmune, acelerar el envejecimiento e incidir negativamente sobre patologías diversas.
Por ello, es fundamental manejar las emociones para nuestro bienestar emocional. Como hemos comentado, no se pueden eliminar de nuestra vida, forman parte de ella, pero lo que sí podemos hacer es aprender a controlarlas para impedir que nos desborden. Este tipo de sentimientos son adaptativos y funcionales que prueban nuestra resistencia al dolor y al sufrimiento. Es ahí donde radica la necesidad de reflexionar sobre ellas, para cambiar lo que se pueda y aceptar aquello que se escape a nuestras posibilidades.
Aumentar la positividad de nuestro día a día puede ser un buen remedio para combatirlas. La doctora Barbara Fredrickson, de la Universidad de Carolina del Norte, ha demostrado que las emociones positivas no son lo contrario de las emociones negativas, sino que provocan un efecto excepcional en nosotros: generan cambios cognitivos en el cerebro y nos vuelven más creativos y resilientes, entre otras facultades.
Por tanto, os proponemos una serie de consejos que pueden ayudarte a aumentar tu positividad en el día a día:
- Encuentra significados positivos en tus experiencias
- Disfruta de lo bueno
- Sé agradecido y date cuenta de ello
- Conoce lo que te apasiona y hazlo
- Sueña sobre el futuro
- Usa tus fortalezas
- Conéctate con otras personas
- Conéctate con la naturaleza
- Abre tu mente
- Abre tu corazón
Recuerda que las emociones y los estados de ánimo pueden desembocar en situaciones más complejas y peligrosas. La prevención, en este caso, también es fundamental.
